La historia de Job se repite en el Corán debido a su importancia y a las lecciones que podemos obtener de ella. Estas son algunas de las principales lecciones de esta historia:
Dios pone a prueba a las personas de diferentes maneras, algunas con facilidad y otras con dificultades. Así, una persona puede ser puesta a prueba como lo fue Job, con una enfermedad o una calamidad personal, o puede ser puesta a prueba con facilidad, como una abundancia de riquezas. Cada uno de nosotros es puesto a prueba, pero las pruebas pueden ser diferentes.
Por lo tanto, lo que realmente importa no es la prueba, sino la forma en que una persona responde y reacciona ante ella. En el ejemplo anterior, una persona que, como Job, está sufriendo en su salud, puede perseverar, ser devota de Dios y agradecida; en cuyo caso estaría pasando la prueba al seguir acercándose a Dios. Por otro lado, una persona que tiene una gran cantidad de riqueza puede usarla para oprimir a otros y hacer mal uso de la riqueza, volviéndose arrogante y de mal carácter; esta persona ha fallado su prueba.
Para el verdadero creyente, como dijo el mensajero Muhammad, tanto en la facilidad como en la dificultad, se fijan en cómo complacer a Dios. En tiempos de facilidad, aumentarán en adoración y gratitud, y en tiempos de dificultad, aumentarán en adoración y paciencia. En cualquier caso, buscan agradar a Dios. Esta es una lección que se encuentra a lo largo de las historias de los mensajeros en el Corán. Cualquiera que fuera la circunstancia o situación, ellos permanecieron fuertes en la fe y la devoción a Dios.
Una de las principales lecciones de la historia de Job es que siempre hay que confiar en Dios y en Su plan. Job no se desesperó después de los primeros meses o años. A veces, la respuesta de Dios se retrasa por una u otra razón. Es una mayor medida de la sinceridad y devoción de una persona que continúe esperando en la misericordia de Dios después de años de penurias, a diferencia de alguien que sólo espera esa misericordia durante unos pocos días o semanas.
Parte de la creencia en Dios y de la confianza en Él consiste en dar pasos prácticos. Job sigue adelante con su vida y gestiona su situación con la ayuda de su esposa. También sigue llamando a Dios y suplicándole, utilizando los atributos de misericordia y compasión de Dios.
Saber que Dios tiene un plan más grande y que posee una sabiduría que nosotros desconocemos nos da una sensación de satisfacción. Además, el mensajero Muhammad nos informó de que el dolor y las dificultades expían los pecados siempre que seamos pacientes. Tal vez, Dios utiliza estas prueba para limpiarnos de nuestros pecados en esta vida y que podamos obtener Su recompensa en la otra. Dios también nos pone a prueba como un recordatorio y un medio para que aumentemos nuestras buenas acciones y elevemos nuestros niveles de recompensa en el más allá.
Una de las mayores lecciones de la historia de Job es la paciencia. Job fue paciente ante las dificultades, la aflicción de la enfermedad, la pérdida de riquezas y comodidades, la pérdida de amigos y familiares. Cada una de estas pérdidas sería un calvario por sí sola, pero juntas son extremadamente duras y una catástrofe. A pesar de ello, Job siguió mostrando paciencia, sabiendo que Dios le ayudaría. Dios nos dice: “Los probaremos para distinguir quiénes de ustedes son los que verdaderamente luchan por la causa de Dios y se mantienen pacientes [en la fe]. Sepan que sacaremos a la luz lo que esconden en sus corazones”. [47:31] El mensajero Muhammad nos dijo que con la paciencia llega el alivio.